El móvil se ha convertido en una herramienta indispensable en nuestro día a día.  Todo lo realizamos por Internet. Es decir, buscamos pareja y/o amigos por Internet y rompemos relaciones, mantenemos conversaciones con desconocidos y publicamos nuestra vida a través de imágenes y vídeos en redes sociales. 

 

Tal es la implementación en España que disponemos de 54,34 millones de móviles conectados cuando la población del país no llega a los 48 millones de personas, en la que el 97,8% de los internautas entre 18 y 64 años utiliza teléfonos inteligentes, pasando alrededor de seis horas conectados a internet al día.

 

“El 80% de españoles usa las redes sociales, con 37,4 millones de usuarios activos”

 

Una rutina diaria que es cada vez más común entre los jóvenes y, sobre todo, entre los adolescentes donde estar conectados constantemente puede predisponer a situaciones de dependencia y adicción.

 

“Más del 50% de los usuarios revisa el móvil varias veces a la hora”

 

Hace pocos meses, la sociedad española quedó consternada al ver como un adolescente fue ingresado dos meses por su adicción a un videojuego de gran éxito entre los jóvenes. Los síntomas que presentaba iban desde el aislamiento social, apatía y rechazo de interacción social.

  

En Institut Alba cada vez nos encontramos con más niños y adolescentes que abusan de las nuevas tecnologías generándoles adicción, con consecuencias graves para su bienestar físico, social y emocional. En las sesiones con padres les hablamos de un nuevo trastorno del comportamiento, la nomofobia.

 

¿Qué ocurre  si nos dejamos el teléfono en casa o simplemente nos quedamos sin cobertura o batería?

 

En situaciones como la que aquí describimos es cuando aparecen los síntomas de la nomofobia:

 

  • Ansiedad y nerviosismo por no poder conectarse a Internet a través del smartphone
  • Pensamientos obsesivos
  • Taquicardias y dolor de cabeza y/o estómago
  • Ataques de pánico
  • Estrés

 

Como hemos comentado anteriormente, estos síntomas afloran una vez se produce la pérdida de contacto con el teléfono móvil, ya sea por olvido, falta de cobertura o batería. Pero, existen otros síntomas reconocibles que deberían poner en alerta a padres de que algo no va del todo bien con su hijo/a.

 

  •  Reducen las horas de sueño recomendadas para estar conectados a redes sociales
  • Las salidas familiares o sociales quedan condicionadas y supeditadas a conocer si donde van tendrán cobertura o dispondrán de enchufe para cargar su teléfono.
  • Revisa constantemente su teléfono, tiene la necesidad de revisarlo al instante.
  • Nunca apaga el teléfono bajo ningún supuesto.

 

Como siempre decimos, el mejor tratamiento es la prevención. Por eso es importante aprender a identificar este trastorno, sus síntomas y tomar medidas en casa (sobre todo, si tienes niños pequeños y adolescentes) para que no ocurra y en caso de dificultades solicitar ayuda psicológica que dote de pautas y herramientas a los adolescentes a superar la adicción.

 

Meritxell Alcaraz Forte 

Psicóloga colegiada núm. 13.018 

Institut Alba: Centro de Psicologia, Psicopedagogia i Logopèdia

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