En psicología, el término disonancia cognitiva hace referencia a la tensión existente en el sistema de ideas, creencias y emociones cuando simultáneamente se perciben dos pensamientos que se encuentran en conflicto.



“Cada individuo tiene su propia manera de evaluarse a sí mismo”.



La existencia de dos elementos disonantes nos provoca un estado de estrés y ansiedad, lo que nos motiva a tratar de eliminarlos y a evitar informaciones que la aumenten. Ante ese suceso seremos capaces de realizar cualquier cosa que reduzca el estrés emocional que nos induce la disonancia.

 

A pesar de que pueda ser la primera vez que escucháis este concepto, en psicología se aplica desde mediados de siglo XX donde el autor, Leon Festinger, psicólogo estadounidense revolucionó el campo de la psicología social a través de su obra “La Teoría de la disonancia cognitiva”.

 

Según Festinger, una persona que a pesar de saber todo sobre sí misma, su conducta y las circunstancias que le rodean en alguno de estos pensamientos surgen contradicciones a pesar de ser consciente que desde un punto de vista lógico y psicológico le perjudica.

 


Las personas actuamos irracionalmente en aquellos pensamientos que nos generan ansiedad, nerviosismo o malestar manteniendo la consistencia interna de sus creencias y de las ideas que han interiorizado

 

En otras palabras, aceptamos la mentira como una verdad optando por autoengañarnos para hacer que desaparezca nuestro malestar.


Para probar esta teoría Festinger realizó un curioso experimento en 1959 junto a James Merrill Carl Smith con estudiantes de la Universidad de Standford dividiéndoles en tres grupos y asignándoles tareas aburridas, repetitivas y poco motivadoras.

 

Al primer grupo se les agradeció su participación. En cambio, a los otros dos grupos se les pidió que mintieran y dijeran a un nuevo grupo de estudiantes que aceptaran hacer el experimento porque las tareas que tenían que realizar eran muy divertidas. Al segundo grupo se le ofreció un dólar como recompensa por esa segunda parte asociada con mentir a los nuevos estudiantes y tercero se les ofreció 20 dólares por participar de la mentira.


Tras una semana, Festinger llamó a los estudiantes del experimento y les preguntó qué les había pareció la tarea. Sorprendentemente al segundo grupo que recibió un dólar como recompensa respondió a su profesor que la tarea les había resultado muy divertidas, en cambio los otros dos grupos respondieron con sinceridad afirmando que las tareas fueron aburridas.

 

Para el grupo dos, cuya recompensa de un solo dólar resultaba insuficiente, les reconfortaba el autoengaño para aliviar la tensión generada por la infravaloración que habían sufrido y añadieron que volverían a repetir la experiencia si así lo solicitaba Festinger. Para el resto, principalmente para el grupo que recibió 20 dólares de recompensa, la inyección económica les reconfortó y no tuvieron la necesidad de seguir con la mentira.

 

Hemos querido consultar a los distintos equipos de psicología infantil, psicología juvenil y psicología de adultos para que nos indiquen tres consejos prácticos para ayudar a superar la disonancia cognitiva:

 

  • Añadir nuevos elementos cognitivos que sean coherentes con la conducta
  • Dar mayor valor a las auto creencias que apoyan la conducta elegida
  • Negarse a aceptar la disonancia.

 

 Esperamos que haya sido de vuestro agrado e interés esta teoría tan presente en nuestro día a día que pasa desapercibida en muchas ocasiones generándonos situaciones continuadas de estrés y ansiedad. Si deseais más información al respecto de la teoria de disonancia cognitiva de Festinger os dejamos enlace de descarga sobre la formación de creencias y los errores en la atribución de la causalidad elaborado por la oficina de evaluación de medicamentos del SES.

Meritxell Alcaraz Forte 

Psicóloga colegiada núm. 13.018 

Institut Alba: Centre de Psicologia, Psicopedagogia i Logopèdia

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